
Durante los últimos 20 años, investigadores de la BUAP participan en proyectos de gran relevancia en el área de Física de Partículas. Uno de ellos es el experimento ALICE (A Large Ion Collider Experiment), donde se explora el potencial físico de las interacciones nucleón-nucleón a energías del LHC (Large Hadron Collider o Gran Colisionador de Hadrones), de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), en el que la universidad lidera a la delegación mexicana.
La colaboración de la BUAP inició en 2002, con la propuesta de un detector de rayos cósmicos para ALICE, experimento diseñado desde los años 90 para estudiar un estado de la materia llamado plasma de quarks y gluones, el cual se formó microsegundos después de la gran explosión del Big Bang que dio origen al universo. Se trata de una sopa o mezcla extremadamente caliente y densa, que al enfriarse dio paso a la formación de protones y neutrones.
Actualmente, investigadores de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) colaboran en el desarrollo de un nuevo sistema que se instalará en los próximos siete u ocho años en la nueva versión del experimento ALICE. “Nosotros proponemos una tecnología novedosa basada en la experiencia previa de nuestro detector ACORDE (detector de rayos cósmicos), para aumentar las capacidades del experimento en la identificación de unas partículas que se conocen como muones”, explicó el doctor Mario Rodríguez Cahuantzi, experto de la FCFM.
El integrante del grupo ALICE-BUAP detalló: “Planteamos la inclusión de un dispositivo basado en estado sólido de silicio, colectar información de nuestros detectores de partículas. Esto se va a ir a un sistema electrónico que debe tener la capacidad de respuesta del orden de pico segundos: 10 a la menos 12 segundos, ésa debe ser la rapidez a la que debe actuar este sistema”.
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